¿Cuánto vale Venezuela?

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Yo puedo perfectamente entender que haya cualquier cantidad de lectores/ras que se insulten con mis pretensiones y mi estilo irónico, satírico y prepotente de escribir. Mi primordial objetivo, por esta vía, es que me lean y si para eso tengo que emplear palabras obscenas, chistes malucos… insultos y demás herramientas válidas de la comunicación - tal como nos decía Mr. Kilpatric de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad de Aberdeen, Escocia - bienvenido sean alguno que otro rechazo y mentadas de madre.


Hoy seré crudo y grosero. A vuelta de correo espero cualquier cantidad de solicitudes de baja. No importa. Diré lo que creo debo de decir y como este medio me ofrece la más absoluta libertad, me resbalará por la pendiente de la indiferencia quien no comulgue con mis apreciaciones. Allá quienes gustan de las técnicas esotéricas de metafísicas como Connie Méndez y creen que con música trascendental y pensamientos positivos se van a liberar en Venezuela de un hijo de la gran puta de la talla de Fidel Castro Ruz.

¿Cuánto vale Venezuela? Esa es la pregunta que se debieron haber hecho los dirigentes de la Coordinadora Democrática antes de decidirse a echar la pelea por este país, luego de estar claros sobre la clase de enemigo contra quienes se enfrentaban, por supuesto. Antes de aceptar la vía del “guaraleo” eterno ante un monstruo que se prepara para la masacre, mientras nosotros nos preparamos para un concierto de cantos gregorianos.

En términos metálicos y para explotarla cual mina celestial, Venezuela vale todo el oro del mundo. Si estos grandes carajos piensan estar chupando esta teta hasta el año 2021 (y más allá, por supuesto), debe valer MILES DE MILLONES DE DÓLARES: “The sky could be the limit…!”

Estratégicamente hablando, el valor de Venezuela es – sencillamente – incalculable. Es la “punta de lanza” del sub-continente americano: la “cabeza de Playa” de América del Sur. El país “energético” más rico del hemisferio occidental, lleno de gas y petróleo… “full” de otros minerales como el oro e – incluso – uranio, con el cual se fabrican las bombas atómicas. Muchos venezolanos piensan que esa riqueza energética será (a la larga) la desgracia para el régimen CASTRO-COMUNISTA de Venezuela, sin embargo, hasta ahora – que sepamos – ha sido una de sus mayores herramientas de protección a nivel internacional, pues el Sr. Chávez ha hecho uso de esos regalos celestiales para “cuadrar” a las multinacionales occidentales a través de negocios ilegales y así favorecerse con la protección a futuro… tal y como hizo Castro con los europeos y canadienses tras la caída del Bloque Soviético.

¿Cuánto vale Venezuela en términos de sueños revolucionarios? Solamente habría que ceñirse a las palabras pronunciadas por Fidel Castro en una de sus últimas visitas a la Asamblea Nacional de Venezuela: “Para que subsista la revolución cubana, tiene que subsistir la revolución bolivariana…” A confesión de partes, relevo de pruebas. Castro lleva CUARENTA AÑOS soñando con ponerle la mano a este país saturado de mujeres tan bellas.

Venezuela supera nuestros más alocados sueños… es un tesoro infinitamente mayor que el que suponemos se encuentra del otro lado del arco iris y ¿en manos de quién está hoy? En manos de un señor llamado EZEQUIEL ZAMORA y una señora llamada SOBILLA MEJÍAS.

Los otros días, mientras conversaba en una heladería con el Bobo de la Yuca, éste me dijo que si Chávez se contaba en un referendo revocatorio, perdería – en el mejor de los casos - en una proporción de 70 a 30. Si así lo saben hasta los bobos: ¿cómo no lo sabrá Chávez?, me pregunté yo entonces.

Si se pierde Venezuela, ¿qué creen mis lectores/ras que harían los “revolucionarios”? ¿No se verían obligados, en el mejor de los casos, a invertir ingentes sumas de dinero para intentar recuperarla? Algunos hablan que se alzarían en armas en nuestros montes… ¡horror! ¿No sería mejor mantenerla para no tener que pasar por todo ese trauma? ¿No tendrían todos ellos que salir “juyendo” como ratas a esconderse en el primer sumidero que se encuentren? ¿Qué significaría – para los “revolucionarios” - perder a Venezuela?

Estos dos ciudadanos, EZEQUIEL ZAMORA y SOBILLA MEJÍAS, son nuestros representantes ante el CNE. ¿No sería maravilloso si los tres directivos castro-comunistas del Poder Electoral hicieran trampa al momento del conteo de las firmas recolectadas en este llamado REA-FIRMAZO y esa chanchullo fuese respaldado por nuestros dos representantes, Zamora y Mejías? Si la oposición se quedase corta por un par de cientos de miles de firmas, el régimen nos mataría el gallo en la mano, ¿no? Si ese conteo fuese aprobado unánimemente por todos la directiva del CNE no habría lugar a dudas de que la oposición no pudo lograr recolectar todas las firmas requeridas para convocar al RR, ¿no? ¿Cuánto valen estos dos señores? Y si no se vendiesen por MILLONES Y MILLONES DE DÓLARES, ¿aguantarían amenazas contra ellos y contra sus familiares? Después de todo, Castro se la pasa amenazando a nuestros políticos, gobernantes, jueces militares, fiscales militares y generales. ¿No intentaría hacer lo mismo con estos dos individuos en cuyas manos podría estar la legitimación de Venezuela en manos del CASTRO-COMUNISMO INTERNACIONAL?

En 1980, tras cuatro años del juicio a los indiciados por la voladura del avión de Cubana de Aviación, el fiscal militar del Consejo de Guerra Permanente de la ciudad de Caracas pidió la absolución de aquellos cuatro individuos alegando que no había pruebas contra ellos. Cuando Castro se enteró de aquella sentencia absolutoria que debía ser corroborada por la Corte Marcial (a cargo del Grl. Elio García Barrios, hoy difunto), profirió la siguiente amenaza en la Plaza de La Revolución: “No caben aquí excusas ni pretexto de ninguna clase. Todo el mundo sabe que ellos fueron los autores del sabotaje, todo el mundo lo supo desde los primeros días y las pruebas eran irrebatibles; las autoridades venezolanas saben que están absolviendo a los culpables. Si son liberados en definitiva los autores de ese repugnante y monstruoso crimen, Cuba considerará a ese fiscal, a esos jueces y fundamentalmente al gobierno de Venezuela, como los responsables del monstruoso crimen cometido el 6 de octubre de 1976”. La sentencia no fue ratificada, comenzó un impresionante ruleteo jurídico y el juicio terminó 18 años después.

El 12 de abril de 2002, cuando Fidel Castro se enteró que Chávez había sido secuestrado de la protección que le brindaba el General Efraín Vásquez Velasco, llamó por teléfono para amenazar de muerte a todos los generales y almirantes que pudieran hacerle daño a su protegido. Al día siguiente teníamos al Sr. Chávez mandando más que un dinamo desde su silla presidencial de Miraflores.

Hoy “la revolución bonita” pudiera estar a punto de perder a Venezuela si los “escuálidos” le metemos al régimen CASTRO-COMUNISTA cinco millones de firmas por la cabeza. Como Castro sabe que amenazando a generales, jueces, fiscales y gobernantes venezolanos da resultados, nada extraño tenga que también intente amenazar a una buena señora y a un honorable señor… eso, si no se les ofrece la alternativa de un resuelve para siempre.

Con esto no quiero que me escriban diciendo que yo lo que quiero es aguarle el guarapo a la oposición para que no vayan a firmar. No. El que quiera firmar que firme. Yo firmaré y mis hijos también. Pero todavía no se sentará el Sr. Carrasquero (presidente del C.N.E.) en su silla para informarle al mundo que no fuimos capaces de obtener la cantidad de firmas requeridas para convocar al Referendo Revocatorio, cuando ya estaré sentándome en mi computadora para pedirle al pueblo de Venezuela que se “enguarimbe”.

Que conste que entiendo perfectamente a los señores ZAMORA y MEJÍAS.

Caracas 21 de octubre de 2003